Si la gente no va al Museo de Oro, el Museo de Oro va a la gente
De 500 o 2.000 años de antigüedad tienen las réplicas de piezas de orfebrería y cerámica precolombina, y fragmentos originales de arqueología hechos en hueso, cerámica, concha o piedra, que se pueden tocar y explorar con las maletas didácticas del Museo del Oro: prestadas gratuitamente en las sucursales del Banco de la República, como en Girardot, a instituciones culturales y educativas. El propósito de los maletines es promover la identidad, la diversidad, la convivencia, la lectura y la investigación del patrimonio cultural del país; por eso, hay doce títulos y temas diferentes para que el responsable los adapte a su grupo, que puede ser integrado por infantes hasta jóvenes de universidad.
¿Qué tienen las maletas?
Como una máquina de tiempo son las maletas didácticas, porque permiten al sujeto que interactúa con ellas acercarse un poco a la experiencia del tiempo en que vivían los Muiscas, los zenúes, los de San Agustín, entre otros: en los elementos hay reproducciones de sus utensilios de cocina, fragmentos de telas, lanzas, para que sea más real la vivencia. Además, contiene discos compactos, folletos, juegos y una guía para enseñar la cultura a la población, por lo cual no hay que ser experto en antropología, según revela Armando García, contratista del área Cultural del Banco de la República, en Girardot.
El Museo del Oro, del Banco de la República, presta gratuitamente estos materiales didácticos en 28 ciudades colombianas, entre ellas, la ‘Ciudad de las Acacias’, por lo cual el docente de Comunicación Social y Periodismo, Federico Jiménez, opina que “es el tipo de servicios que debería prestar con más continuidad una entidad pública pagada con dineros de los colombianos (…). Lo primero que veo, es que es plata bien invertida; lo segundo, es que suple necesidades de educación básica” (sic). Sin embargo, hoy en día las maletas se encuentran guardadas en un salón de la sucursal en Girardot, porque no hay quién las solicite, y aunque pueden existir bastantes causas, la que más resalta es el desconocimiento del servicio.
El Museo del Oro del Banco de la República presta gratuitamente estos materiales didácticos en 28 ciudades colombianas.
No obstante, si el Banco de la República invirtiera mejor en publicitar las maletas didácticas, que tienen más de quince años al servicio, sería muy provechoso para la sociedad, debido a que “culturaliza a los ciudadanos que no cuentan con recursos económicos para ir hasta el Museo del Oro”, en parecer de Jonathan Ramírez, estudiante universitario. Sin embargo, es deber de los docentes y coordinadores culturales el informarse de las herramientas que tienen a su disposición las entidades públicas como la mencionada, y así complementar su metodología a la hora de enseñar. Porque hoy en día el aprendizaje es más significativo a través de las experiencias.
Como dice aquel dicho popular de “si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña”, es el enfoque dado a los maletines viajeros del Museo del Oro. Es decir, si la gente no va y visita este lugar para conocer la diversidad cultural del país; entonces, el museo va a las poblaciones para que se conozcan las tradiciones y costumbres de sus antecesores, y así reconocer principios para el crecimiento de un sentido de pertenencia hacia Colombia. Por lo tanto, no hay que dejar escapar la oportunidad de esta prestación del Banco de la República, que tiene como único requisito el pasar una carta solicitando cualquiera de las doce maletas didácticas.
Por: Andrea Peña Losada.